La Radio social
la radio como un actor estratégico del desarrollo social y cultural.
viernes, 10 de junio de 2016
La presentación 'Muestra Población: es el conjunto de todos los elementos que cumplen una característica. Ejemplo: la gente de una provincia Muestra: cualquier subconjunto.'
martes, 29 de octubre de 2013
Desinformar como estrategia
Una de las estampas más paradójicas del Siglo XXI son las crecientes demandas ciudadanas por estar ‘bien informados’.
Los especialistas en comunicación saludaron al siglo XXI como el primero en la historia en el que la humanidad tendría acceso directo a las luces derivadas del conocimiento de las verdades, a degustar de los frutos del jardín prohibido. Un golpe de ratón, un click, sería suficiente para dispersar las tinieblas del oscurantismo, de la desinformación. Celebramos el ilusionismo de la globalización y quisimos creer que en su carrusel festejaríamos la trasparencia de lo que acontecía dentro de ella, inocencia de las primeras edades.
Los especialistas en comunicación saludaron al siglo XXI como el primero en la historia en el que la humanidad tendría acceso directo a las luces derivadas del conocimiento de las verdades, a degustar de los frutos del jardín prohibido. Un golpe de ratón, un click, sería suficiente para dispersar las tinieblas del oscurantismo, de la desinformación. Celebramos el ilusionismo de la globalización y quisimos creer que en su carrusel festejaríamos la trasparencia de lo que acontecía dentro de ella, inocencia de las primeras edades.
El estar híper-conectados lo llegamos a aceptar como una condición. Lo entendimos como un nuevo modus de nuestra conducta social y lo convertimos en un imperativo de nuestra modernidad. Aceptamos dar un paso trascendental al hacer de lo íntimo lo público. Lo siguiente fue ver la proliferación de soportes digitales para extender nuestra comunicación y la comunicatividad.
La selva tecnológica nos atrapó en sus enredaderas. Y disfrutamos al columpiarnos en ellas. A partir de este momento, lo impactante se impuso sobre lo importante.
La evolución tecnológica desdibujó la idea de futuro y nos introdujo en su presente. Es decir, empezamos a vivir en un presente constante dentro del futuro, y no en un futuro que forma la raíz metafórica del presente. Los rápidos avances en los campos de la tecnología y la comunicación han querido crear la idea, la seguridad, la garantía de que estos ‘progresos’ son sinónimo de mejor y mayor acceso a la información. Pero nos hemos equivocado.
El siglo XXI debe entenderse a partir de la desinformación como ecuación comunicacional y un ideal superfluo y tramposo de que la información que se nos brinda es la correcta y creíble. Es una fórmula rentable y funcional –fundacional para los grandes emporios de la comunicación, esos grandes magos de nuestro tiempo que tienen la potestad de ocultar y desnudar lo que ellos quieran que acontezca en nuestra modernidad.
¿Cómo explicar que el ser humano nunca había estado tan desinformado como ahora? ¿No era acaso el siglo XXI el siglo de luces que ansiábamos? Hay dos estampas muy visibles de esta realidad. La primera de ellas acontece dentro del Vaticano, en la lucha por el sucesor de la silla de Pedro.
Los purpurados brasileños exigen ‘estar bien informados’ y conocer las conclusiones de la investigación en torno a los ‘Vatileaks’. Se lo piden a los más altos mandos de la Iglesia Católica, la gran matrona que ha ocultado en Occidente los abusos sexuales a menores.
Le petición de los purpurados brasileños apenas está siendo audible porque no encuentra eco en la acorazada muralla de medios de comunicación que rechazan hacerse eco de esta información.
"Si tenemos que tomar una buena e importante decisión, debemos tener información al respecto" –reconoce el purpurado sudafricano Wilfrid Napier. Él se ha sumado a la posición de los brasileños, interesados en terminar con los secretismos torpes y anacrónicos del Vaticano. Es fascinante cómo una institución de tal naturaleza, que se dice proclive a la verdad y la trasparencia, es todo lo contrario a lo que predica.
"Si tenemos que tomar una buena e importante decisión, debemos tener información al respecto" –reconoce el purpurado sudafricano Wilfrid Napier. Él se ha sumado a la posición de los brasileños, interesados en terminar con los secretismos torpes y anacrónicos del Vaticano. Es fascinante cómo una institución de tal naturaleza, que se dice proclive a la verdad y la trasparencia, es todo lo contrario a lo que predica.
En la medida que las conclusiones del Vatileaks no lleguen a la calle, a la boca del pregonero, entonces se desconocerá la arquitectura del lobby gay de cardenales y el nivel de corrupción dentro de la Iglesia de Roma. Es un ejemplo de cómo la desinformación adquiere el grado de política de masas.
Otro ejemplo lo encontramos más lejos de Roma, en Venezuela.
Otro ejemplo lo encontramos más lejos de Roma, en Venezuela.
Durante semanas se registraron manifestaciones, cada vez más numéricas y sistemáticas, de distintos sectores pidiendo conocer la verdad en torno a la salud del presidente Hugo Chávez.
La exigencia se tradujo en hechos cuando al vicepresidente Nicolás Maduro le resultó imposible ocultar la gravedad del Presidente Chávez, anunciando su muerte el pasado martes 5 de marzo. Durante más de setenta días, el gobierno de Venezuela prefirió desinformar como estrategia.
Se pensó que repartir limosnas sobre la salud del presidente resultaría suficiente para calmar las aguas de quienes exigían conocer más. Sucedió lo contrario.
Estos son dos escenarios donde se ubican exigencias directas por ‘conocer la verdad’ y de ‘acceder a la información correcta’. A todas luces paradójico, en el marco de un siglo que se declaró contrario al ‘oscurantismo’.
Desinformar como estrategia
Una de las estampas más paradójicas del Siglo XXI son las crecientes demandas ciudadanas por estar ‘bien informados’.
Los especialistas en comunicación saludaron al siglo XXI como el primero en la historia en el que la humanidad tendría acceso directo a las luces derivadas del conocimiento de las verdades, a degustar de los frutos del jardín prohibido. Un golpe de ratón, un click, sería suficiente para dispersar las tinieblas del oscurantismo, de la desinformación. Celebramos el ilusionismo de la globalización y quisimos creer que en su carrusel festejaríamos la trasparencia de lo que acontecía dentro de ella, inocencia de las primeras edades.
Los especialistas en comunicación saludaron al siglo XXI como el primero en la historia en el que la humanidad tendría acceso directo a las luces derivadas del conocimiento de las verdades, a degustar de los frutos del jardín prohibido. Un golpe de ratón, un click, sería suficiente para dispersar las tinieblas del oscurantismo, de la desinformación. Celebramos el ilusionismo de la globalización y quisimos creer que en su carrusel festejaríamos la trasparencia de lo que acontecía dentro de ella, inocencia de las primeras edades.
El estar híper-conectados lo llegamos a aceptar como una condición. Lo entendimos como un nuevo modus de nuestra conducta social y lo convertimos en un imperativo de nuestra modernidad. Aceptamos dar un paso trascendental al hacer de lo íntimo lo público. Lo siguiente fue ver la proliferación de soportes digitales para extender nuestra comunicación y la comunicatividad.
La selva tecnológica nos atrapó en sus enredaderas. Y disfrutamos al columpiarnos en ellas. A partir de este momento, lo impactante se impuso sobre lo importante.
La evolución tecnológica desdibujó la idea de futuro y nos introdujo en su presente. Es decir, empezamos a vivir en un presente constante dentro del futuro, y no en un futuro que forma la raíz metafórica del presente. Los rápidos avances en los campos de la tecnología y la comunicación han querido crear la idea, la seguridad, la garantía de que estos ‘progresos’ son sinónimo de mejor y mayor acceso a la información. Pero nos hemos equivocado.
El siglo XXI debe entenderse a partir de la desinformación como ecuación comunicacional y un ideal superfluo y tramposo de que la información que se nos brinda es la correcta y creíble. Es una fórmula rentable y funcional –fundacional para los grandes emporios de la comunicación, esos grandes magos de nuestro tiempo que tienen la potestad de ocultar y desnudar lo que ellos quieran que acontezca en nuestra modernidad.
¿Cómo explicar que el ser humano nunca había estado tan desinformado como ahora? ¿No era acaso el siglo XXI el siglo de luces que ansiábamos? Hay dos estampas muy visibles de esta realidad. La primera de ellas acontece dentro del Vaticano, en la lucha por el sucesor de la silla de Pedro.
Los purpurados brasileños exigen ‘estar bien informados’ y conocer las conclusiones de la investigación en torno a los ‘Vatileaks’. Se lo piden a los más altos mandos de la Iglesia Católica, la gran matrona que ha ocultado en Occidente los abusos sexuales a menores.
Le petición de los purpurados brasileños apenas está siendo audible porque no encuentra eco en la acorazada muralla de medios de comunicación que rechazan hacerse eco de esta información.
"Si tenemos que tomar una buena e importante decisión, debemos tener información al respecto" –reconoce el purpurado sudafricano Wilfrid Napier. Él se ha sumado a la posición de los brasileños, interesados en terminar con los secretismos torpes y anacrónicos del Vaticano. Es fascinante cómo una institución de tal naturaleza, que se dice proclive a la verdad y la trasparencia, es todo lo contrario a lo que predica.
"Si tenemos que tomar una buena e importante decisión, debemos tener información al respecto" –reconoce el purpurado sudafricano Wilfrid Napier. Él se ha sumado a la posición de los brasileños, interesados en terminar con los secretismos torpes y anacrónicos del Vaticano. Es fascinante cómo una institución de tal naturaleza, que se dice proclive a la verdad y la trasparencia, es todo lo contrario a lo que predica.
En la medida que las conclusiones del Vatileaks no lleguen a la calle, a la boca del pregonero, entonces se desconocerá la arquitectura del lobby gay de cardenales y el nivel de corrupción dentro de la Iglesia de Roma. Es un ejemplo de cómo la desinformación adquiere el grado de política de masas.
Otro ejemplo lo encontramos más lejos de Roma, en Venezuela.
Otro ejemplo lo encontramos más lejos de Roma, en Venezuela.
Durante semanas se registraron manifestaciones, cada vez más numéricas y sistemáticas, de distintos sectores pidiendo conocer la verdad en torno a la salud del presidente Hugo Chávez.
La exigencia se tradujo en hechos cuando al vicepresidente Nicolás Maduro le resultó imposible ocultar la gravedad del Presidente Chávez, anunciando su muerte el pasado martes 5 de marzo. Durante más de setenta días, el gobierno de Venezuela prefirió desinformar como estrategia.
Se pensó que repartir limosnas sobre la salud del presidente resultaría suficiente para calmar las aguas de quienes exigían conocer más. Sucedió lo contrario.
Estos son dos escenarios donde se ubican exigencias directas por ‘conocer la verdad’ y de ‘acceder a la información correcta’. A todas luces paradójico, en el marco de un siglo que se declaró contrario al ‘oscurantismo’.
lunes, 7 de octubre de 2013
Emisoras comunitarias en norte de santander
En Colombia, cuando los años 70 llegaron a su fin, se comenzó a percibir una nueva necesidad que inquietaba a algunos curiosos: ¿Cómo lograr que aquellos colombianos que vivían en zonas apartadas, donde no había ni rastros de escuelas, pudiesen recibir alguna clase de educación?
Si bien para entonces las escuelas radiofónicas del sacerdote José Joaquín Salcedo llevaban ya 30 años al aire emitiendo desde el municipio boyacense de Sutatenza, la realidad no era nada grata para cientos de pueblos que seguían desconectados del maravilloso invento de la radio.
Así las cosas, y después de reunir algunas ideas, el Ministerio de Comunicaciones entregó las primeras frecuencias a las propias comunidades para la emisión de programas educativos, haciendo posible así que vastas zonas rurales accedieran por primera vez a los medios masivos de comunicación.
Hoy, este medio es, para muchas personas, la única forma a través del cual se informan de la realidad local, de sus proyectos, de sus problemas y de sus esfuerzos por salir adelante. Según Martha Isabel Martínez, Directora Ejecutiva de Radar (Asociación de Radios Amigas Comunitarias de Norte de Santander), cada municipio es dueño de su emisora comunitaria. “Cuando la gente se apropia de ella, la siente suya, participa en ella y se escucha”, dice.
“En Colombia hay alrededor de 506 emisoras comunitarias, pero hay que reconocer que muchas de ellas son sólo de nombre, pero no de apellido”, dijo Tito Ballesteros, comunicador social y capacitador de Radar. “Es decir, en términos de la ley son comunitarias, en términos de nombres se llaman comunitarias, pero en términos de la apropiación, del uso y labor como comunitarias, poco”.
En Norte de Santander hay 28 emisoras en total, repartidas en diferentes municipios. Algunas de ellas han sido merecedoras de reconocimiento nacional por la calidad de sus producciones radiales y la promoción de procesos sociales y culturales. Su producción no solo cuenta con el apoyo de ministerios y entidades, sino que su sostenimiento es posible también gracias a los aportes que hace la comunidad, con el respaldo de parroquias o comunidades religiosas que tienen adjudicadas las radios.
Pero no todo ha sido perfecto. Desde sus inicios, la radio comunitaria ha tenido obstáculos para desarrollarse debido a los pocos recursos financieros con los que cuenta.
“Hay esfuerzos muy interesantes, en los que vale la pena reconocer que la creatividad va rodando por las vías de la radio comunitaria”, dijo Ballesteros. “Las radios comunitarias abrazan la incertidumbre, salen de la zona segura y asumen riesgos creativos”, concluyó.
Para él, esto resulta fundamental, porque quienes generan los contenidos ahí no son las personas que generalmente dicen que saben.
Ballesteros está seguro de que en la radio comunitaria no se encuentran las formulas repetidas de la radio comercial a la cual “le están sobrando estrellas”.
Uno de los limitantes para el avance de estos medios es que muchos no tienen los equipos y las tecnologías necesarias, principalmente del servicio de internet. “El internet es fundamental, pero su instalación en los municipios no dependen de nosotros, sino de los entes territoriales que gestionen este servicio con el gobierno”, aseguró Martínez.
Con una programación que en lo fundamental no varía mucho y que se nutre de música, de programas enviados en medio magnético por correo desde diversas entidades oficiales y privadas, y de pequeños noticieros que casi siempre se limitan a la lectura de los periódicos, las emisoras comunitarias siguen siendo, con todo, el punto de encuentro de miles de personas en el departamento que hacen así cada día su entrada al siglo XXI.
Chinácota Stereo
Historia de Chinácota stereo 98.2 fm
Con el fin de evaluar las posibilidades otorgadas por el Gobierno Nacional, de crear una emisora de radio, se reunieron, en el año de 1995, los voceros de las juntas de acción comunal de los barrios: Antonio Pérez, El Carmen, El Cristo y Villa Olímpica, representados por los señores Alonso Torres, Carlos Albarracín, Alba Silberia Hernández y Jorge Carrillo.

De aquella reunión surgió la conclusión de que solamente la Junta de Acción Comunal del barrio Villa Olímpica reunía los requisitos exigidos por el Ministerio de Comunicaciones.
En noviembre del mismo año, con la colaboración del Presidente de la Federación de Juntas, Orlando Villamizar, se envió a Bogotá la documentación solicitada por el gobierno central.
En el mes de marzo de 1997, por Resolución No. 1420, del Ministerio de Comunicaciones, se adjudicaron 414 emisoras para todo el país, entre las cuales estaba la nuestra.
Por Resolución No. 2988, del 18 de junio de 1997, se concedió la licencia a la Junta de Acción Comunal de Villa Olímpica.
Las dificultades económicas empezaron, entonces, a pesar sobre las arcas exhaustas de la Junta. Era necesario recaudar una suma superior a dos millones de pesos ($2.000.000.oo) para atender los gastos de estudios técnicos, concesión y canon anual. Algunos bonos generaron recursos por quinientos mil pesos ($500.000.oo). Un festival ranchero produjo la suma de cuatrocientos setenta mil pesos ($470.000.oo). Don Juan Andrés Jaimes aportó algunos equipos, materiales y colaboró con el trámite legal.
El concepto de la Aerocivil, exigido por el Ministerio, también se demoró y fue necesario solicitar una prórroga.
Ecopetrol obsequió un modulador estéreo, pero se imponía la necesidad de nuevos créditos para adquirir la antena.

El propósito era salir al aire en el mes de agosto de 1998; sin embargo, la falta de la torre lo impidió.
En noviembre se reiniciaron las pruebas, pero fallaron las instalaciones y nuevamente se suspendieron las actividades.
En el mes de junio de 1999, los pioneros de la emisora, con equipos prestados, reiniciaron labores. Consiguieron un DECK, una consola, una grabadora, casetes y discos compactos.

En el mes de agosto de 1999, durante la administración de Luis Eusebio Valdivieso, la Junta recibió de la alcaldía los siguientes equipos: un transmisor estéreo, dos equipos para CD, dos equipos DECK, una casetera, una consola, dos estabilizadores, una antena, un radio enlace y el transmisor con modulador estéreo, una grabadora periodística, cuatro micrófonos, un pararrayos y un tocadiscos.
Los equipos se adquirieron con recursos provenientes de una transacción con Ecopetrol y fueron entregados en comodato por el tiempo que dure la licencia.
El 15 de agosto, después de pasar el tiempo de prueba y, sin contar con la aprobación del estudio técnico, "Chinácota Stéreo" salió al aire.

Don Jorge Carrillo Parada inició la radiodifusión transmitiendo la hora, con la colaboración ocasional de Juan Andrés Jaimes y Sara Isabel Carrillo; posteriormente colaboraron Oscar Ramírez Serna y Zulma Yaneth Caicedo, quienes aportaron su tiempo sin ninguna remuneración.
Poco tiempo después se les ofreció una contribución económica de doscientos mil pesos ($200.000.oo) M/cte., mensuales, pero en el mes de diciembre la deuda con ellos ascendía a dos millones doscientos mil pesos ($2.200.000.oo) m/cte., y fue necesario llegar a un acuerdo de trabajo con división de utilidades.
Se iniciaron actividades el primero de enero de 2000, con este sistema de pago. La deuda acumulada fue cubierta con la venta de una casa en Cúcuta de don Jorge Carrillo. El primer programa arrendado lo inició don Humberto Patiño Leal.

Con ocasión del primer cumpleaños se adquirió una antena para el transmisor, con los recursos obtenidos a través de una radiotón. En esta ocasión, Oscar Ramírez, locutor control, cumplió su anhelo de trabajar 36 horas consecutivas y se eligió a la "Señora Chinácota Stéreo".
Durante el primer año, el trabajo estuvo a cargo de los siguientes colaboradores: Comité Empresarial, integrado por Jaime Pacheco Nova, Ana Dolores Jaimes, Nelson Acevedo Bermonth; Jorge Antonio Carrillo; como Gerente; Jhon Mario Echeverría, director artístico; José David Gómez Torres, como director comercial y locutor control; Nilson Leonel Gélvez Leal, director deportivo y locutor; María Eugenia Rubio, Liliana Toro, Rubiela Molina, Camilo Pérez, Jesús Muñoz, Oscar Ramírez y Yéssica Catherine Rubio, como locutores control; Humberto Patiño Leal, Franco Alonso Torres, locutores; Jorge Omar Carrillo, Maricela Rubio, Francelina Carrillo, Albeiro Carrillo, controles; Sara Isabel Carrillo, control y secretaria auxiliar.

Cuando se cumplió el segundo año de labores hubo dos candidatas para el reinado de la emisora. Hubo transmisión continua durante 98 horas y 20 minutos, para recordar el número del dial de Chinácota Stéreo.
Andes Stereo - Cacota
Reseña histórica
Emisora comunitaria andes stereo 103.2 f.m. En el año de 1995 se reunieron el Pbro Ciro Gelvez Contreras y personas de nuestra comunidad, quienes conformaron la fundación promoción comunitaria, cumpliendo con todos los requerimientos que exige la ley.
Dentro de su objeto de trabajo estaba la promoción, creación, fundación de medios de comunicación masiva, por tal razón presentaron la licitación para conseguir la emisora comunitaria para el Municipio de Cácota.
Después de cumplir con los requerimientos exigidos por el Ministerio de Comunicaciones, se les fue adjudicada la licencia el 19 de mayo de 1997 con número de resolución 2621. De esta manera la fundación promoción comunitaria, bajo el nombre de andes stereo, con frecuencia de operación 103.2 en f.m, ha venido trabajando desde1998 y llevando información a toda la comunidad y gracias a la gestión de los directores de este medio y al apoyo de la comunidad se han venido obteniendo logros importantes para su funcionamiento, como lo es la adquisición de equipos mejoramiento de la cobertura y la prorroga de la licencia de concesión otorgada nuevamente el día 13 de febrero de 2009, la cual permite a andes stereo seguir al aire por 10 años mas.
En la actualidad nuestra emisora hace presencia activa dentro de la comunidad brindando información y espacios de participación a todos los entes. Agradecemos a todos los directores y locutores que han puesto su granito de arena para que este medio de comunicación este funcionando, en este momento nuestro director es el Pbro Roque Javier Jaimes, quien subió a conocer el cerro de pescadero donde esta la antena de este medio radial.
Cucutilla stereo 88.2 FM
Historia
Desde 1997, nuestra Radio Comunitaria está liderando una profunda transformación en el municipio de Cucutilla. Nuestro compromiso es mantenernos firmes en las acciones que sabemos proporcionarán resultados y cambios positivos en nuestra nación.

Al contar con una Programación Participativa logramos que las diferentes fuerzas vivas del municipio se involucren, en la transformación que queremos en nuestro entorno con el fin de buscar mancomunadamente, la paz que tanto añora nuestro País.
Cucutilla Stéreo 88.2 FM
Carrera 4 Nro 3-21
Cucutilla, Norte de Santander, Colombia
Carrera 4 Nro 3-21
Cucutilla, Norte de Santander, Colombia
Teléfono Móvil: 3114179972
Correo-e: cucutillast88.2fm@gmail.com
Dónde impactamos
Cucutilla Stéreo enfoca sus acciones de cambio en los municipios Nortesantandereanos de Cucutilla, Arboledas, Bochalema, Pamplonita, Pamplona y Mutiscua y los municipios Santandereanos de California y Vetas, a donde llegan nuestras honadas radiales y en los que queremos generar un impacto positivo.
Para lograrlo, contamos con un equipo de líderes y visionarios de planta, nuestros aliados y con una bien estructurada Parrilla de programación, con la cual pretendemos alcanzar los objetivos planteados dentro de cada uno de los proyectos radiales y actividades de la organización.
Contáctanos y conoce más sobre lo que hacemos.
Nuestra radio comunitaria pretende llegar a cada uno de los hogares de esta basta región. llevando alegría, acompañamiento y buscando una mejor manera de vivir.
Cómo impactamos
En Cucutilla Stéreo hemos desarrollado una Parrilla de Programación Participativa, la cual no sólo con música busca generar un cambio, en la forma de oir la radio.
Para lograrlo, contamos con un excelente equipo de trabajo, que involucra tanto a las entidades gubernamentales, como organizaciones del órden social y comunal, con los que conjuntamente alcanzamos los objetivos planteados dentro de cada uno de los proyectos y actividades de la radio comunitaria.
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Personalice aquí la información sobre la metodología o estructura de su organización y la manera como miden o presentan sus resultados a la comunidad en general y a sus aliados.
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